
Tres homenajes a Bach realizados en el siglo XX dan forma a este recital, que concluye con un arreglo de las conocidas Danzas rumanas de Béla Bartók. En su conjunto, las obras destacan por su marcada personalidad y por su variedad estética, y abarcan un arco cronológico de casi cien años. Casi tanto como la vida de Ernst Krenek, cuya trayectoria estilística abordó los distintos estilos que se desarrollaron a lo largo de la centuria, desde el neoclasicismo con influencias jazzísticas hasta el serialismo, pasando por el neorromanticismo. Compuesto en 1921 y reconocido desde su estreno como una gran obra, su Cuarteto de cuerda nº 1 Op. 6 está marcado por audaces disonancias y ritmos bartokianos que crean una atmósfera sombría y asfixiante en la que aparecen múltiples transfiguraciones del motivo BACH. Este motivo también sirve de base al Cuarteto de cuerda Op. 28 de Anton Webern. Compuesto entre 1937 y 1938, fue encargado por la pianista y rica heredera norteamericana Elizabeth Sprague Coolig y es la última composición camerística del autor. Se basa en una serie de doce notas formada por el motivo BACH y dos transformaciones del mismo (su inversión y la retrogradación de su inversión). Pero el homenaje a Bach no concluye ahí: toda la obra es un juego matemático en el que in-tervienen juegos especulares y relaciones simétricas verticales (armónicas) y horizontales (melódicas). Se articula en tres movimientos con estructuras clásicas: un adagio con variaciones canónicas, un scherzo con un trío, y una sonata cuyo desarrollo consiste en una doble fuga. La obra más reciente del recital es aquella con la que se inicia: las Reflections on the theme BACH de Sofia Gubaidulina. Su génesis se debe al Cuarteto Brentano, que para celebrar su décimo aniversario en 2002 encargó a distintos compositores una serie de piezas que dialogaran con cada uno de los movimientos de El arte de la fuga. Gubaidulina decidió basarse en la última e inconclusa fuga de este monumento bachiano, uno de cuyos sujetos emplea el motivo BACH, lo que convierte a su obra en un doble homenaje al compositor alemán.
Programa:Sofia Gubaidulina (1931), Reflections on the theme BACH
Anton Webern (1883-1945), Cuarteto de cuerda Op. 28 (Mässig, Gemächlich - Bewegt, Sehr Fliessend)
Ernst Krenek (1900-1991), Cuarteto de cuerda nº 1 Op. 6 (Lento, Allegro ma non troppo, Adagio molto, Presto, Andante, quasi adagio, Allegro vivace, Fuga, Lento come prima)
Béla Bartók (1881-1945), Danzas populares rumanas Op. 68 (arreglo de Dan Variu)
El Cuarteto Arcadia, cuyos integrantes son Ana Török (violín), Răsvan Dumitru (violín), Traian Boală (viola) y Zsolt Török (violonchelo), es ganador de los concursos internacionales de Cuarteto de Cuerda del Wigmore Hall (2012), de Música de Cámara Almere (2011) y de Hamburgo (2009), se está afirmando como uno de los más apasionantes de su generación. Formado en 2005 mientras sus miembros estudiaban en la Academia de Música Gheorghe Dima de Rumanía, ha actuado por todo el mundo, en numerosos festivales en Budapest, Heidelberg, París, Fráncfort, Montreal, Ámsterdam y Pekín. En la última temporada ha ofrecido una gira por el Reino Unido e Irlanda, que se ha completado con actuaciones en Austria, Alemania, Holanda y una residencia en el Banff Centre de Canadá. El primer disco del Cuarteto Arcadia, con obras de Mendelssohn y Brahms, fue publicado por Fontenay Classics en 2009, obteniendo el aplauso unánime de la crítica. Ensemble Magazin escribió acerca de “su íntima interpretación”, “su sonoridad excepcional”, y su “poder expresivo que causa una honda impresión en el oyente”. A finales de este año lanzará una grabación con los cuartetos 1 y 2 de Janáček en el sello Orchid Classics.
El evento es organizado por la Fundación Juan March.