En 2021 Rumanía celebra 65 años desde su adhesión a la Unesco

En 2021 Rumanía celebra 65 años desde su adhesión a la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y, a tal fin, el Instituto Cultural Rumano presenta una serie de vídeos, con subtítulos en inglés, destinados a promover los sitios rumanos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

«El año 2021 es una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que fue, una ocasión para recordarnos y para volver a presentar al mundo nuestros valores y nuestra identidad milenaria, para dialogar y actuar de manera colectiva por un mundo sostenible en el cual la comunicación y el respeto recíproco se realizan con el apoyo de la educación, la cultura y la ciencia, para las que cada ciudadano del planeta tiene garantizado el acceso equitativo», declaró Madlen Șerban, Secretaria General de la Comisión Nacional de Rumanía para la Unesco.

· Las aldeas con iglesias fortificadas de Transilvania, bien cultural inscrito en 1993: https://bit.ly/3Gbxp43

Las siete aldeas con iglesias fortificadas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial son una vívida ilustración del paisaje cultural de la Transilvania meridional. Fundadas por los sajones transilvanos, estas aldeas se caracterizan por haber conservado desde finales de la Edad Media una ordenación territorial, una distribución de los edificios de las granjas familiares y un esquema de poblamiento sumamente peculiares. Las iglesias fortificadas que dominan estas aldeas son ilustrativas de los sucesivos estilos arquitectónicos imperantes entre los siglos XIII y XVI (Fuente: UNESCO/ERI).

· El monasterio de Horezu, bien cultural inscrito en 1993: https://youtu.be/Pjjjsk29Shs

Fundado en 1690 por el príncipe Constantin Brâncoveanu, este monasterio de Valaquia es una obra maestra del estilo “brancoviano”. El monasterio es célebre por la pureza y el equilibrio de su arquitectura, la riqueza de sus elementos esculpidos, el tratamiento de sus composiciones religiosas, sus retratos votivos y sus ornamentaciones pintadas. La escuela de pintura mural e iconos de Horezu gozó de una gran fama en toda la región de los Balcanes durante el siglo XVIII (Fuente: UNESCO/ERI).

· Los Bosques antiguos y Primarios de hayas de los Cárpatos y otras regiones de Europa, bien natural inscrito en 2007, extensión en 2011, 2017 y 2021: https://youtu.be/TvaU22g6ZlY

La ampliación del sitio transnacional en serie del Patrimonio Mundial de los Bosques antiguos y Primarios de hayas de los Cárpatos y otras regiones de Europa por parte de diez países europeos suma valor universal excepcional e integridad del sitio, que ahora comprende 94 partes componentes en 18 países. El sitio ampliado representa un ejemplo sobresaliente de bosques templados relativamente inalterados y complejos y exhibe un amplio espectro de patrones y procesos ecológicos integrales de rodales puros y mixtos de haya europea en una variedad de condiciones ambientales (Fuente: UNESCO/ERI).

· El Delta del Danubio, bien natural inscrito en 1991: https://bit.ly/3jpAWSF

El Danubio vierte sus aguas en el Mar Negro formando el delta más extenso y mejor preservado de toda Europa. Sus innumerables lagos y marismas albergan más de 300 especies de aves y 45 de peces de agua dulce (Fuente: UNESCO/ERI).

· El centro histórico de Sighișoara, bien cultural inscrito en 1999: https://bit.ly/3b2NOts

Fundada por los llamados sajones transilvanos –artesanos y mercaderes alemanes–, esta ciudad ha conservado admirablemente su centro histórico, característico de las pequeñas ciudades medievales fortificadas. Durante varios siglos, Sighişoara desempeñó un importante papel estratégico y comercial en los confines de la Europa Central (Fuente: UNESCO/ERI).

· Las iglesias de madera de Maramureş, bien cultural inscrito en 1999: https://bit.ly/3m2qCS7

Las ocho iglesias de madera que forman el conjunto de Maramureş constituyen otros tantos ejemplos notables de la adopción de soluciones arquitectónicas emanadas de períodos y regiones diferentes. Son una muestra de la diversidad de diseños y técnicas artesanales utilizados para realizar este tipo de construcciones altas y estrechas, que poseen un esbelto campanario en su lado oeste y están cubiertas con techumbres sencillas o dobles de tejas planas de madera. Estos templos son exponentes de una expresión artística autóctona, muy característica del paisaje cultural de la región montañosa del norte de Rumanía en que se hallan (Fuente: UNESCO/ERI).

· El Paisaje minero de Roșia Montană, bien Patrimonio de la Humanidad en peligro desde 2021: https://bit.ly/3pz5zsu

Situado al oeste de Rumanía, en el ramal metalífero de los Montes Apuseni, el sitio de Roșia Montană posee el conjunto de minas de oro subterráneas de la época romana más importante, más extenso y más rico en elementos técnicos de los descubiertos hasta ahora. De este lugar, conocido con el nombre latino de Alburnus Maior en el Imperio Romano, se extrajeron unas 500 toneladas de oro entre los años 106 y 272 d.C. gracias a la dilatada explotación de sus ricos yacimientos. La intensa actividad minera condujo a la construcción de obras de ingeniería sofisticadas, así como a la creación de siete kilómetros de galerías de diferentes tipos y a la instalación de una serie de norias en cuatro emplazamientos subterráneos escogidos por su abundancia en mineral de alta ley. Las inscripciones halladas en tablillas romanas de madera enceradas (“tabulae ceratae”) han proporcionado toda una información detallada de carácter jurídico, socioeconómico, demográfico y lingüístico sobre la minería antigua no sólo en Alburnus Maior, sino también en toda la antigua provincia imperial de la Dacia. Este sitio evidencia la fusión de la tecnología aportada por Roma con técnicas autóctonas desconocidas entonces en otras partes del Imperio. Aunque con menor intensidad, las minas se siguieron explotando desde la Edad Media hasta los tiempos modernos, de ahí que los vestigios de las obras extractivas realizadas en este largo periodo rodeen y atraviesen las galerías excavadas en la época romana. El sitio se halla ahora en un paisaje agropecuario que refleja el modo vida de las comunidades que vivieron del trabajo en las minas entre los siglos XVIII y XX. (Fuente: UNESCO/ERI).

Rumanía posee, además de los bienes culturales que hemos ido presentando, siete bienes culturales intangibles inscritos en el Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad que iremos presentando con una serie de vídeos con subtítulos en inglés: https://bit.ly/3pqNooR

Estos siete bienes culturales intangibles son: el ritual del Căluş, la doïna, la cerámica artesanal de Horezu, el colindat: ronda navideña de grupos de hombres jóvenes, las danzas de muchachos en Rumanía, la artesanía tradicional de tapices murales en Rumanía y la República de Moldova y las prácticas culturales vinculadas al 1º de marzo.

Según la Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, el patrimonio cultural inmaterial (PCI) «es el crisol de nuestra diversidad cultural y su conservación, una garantía de creatividad permanente».

· El ritual del Căluş, bien cultural inmaterial inscrito en 2008 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: https://bit.ly/31WRQly

La danza ritual Căluş, bailada en la región de Olt, en Rumanía meridional, también forma parte del patrimonio cultural de los valacos de Bulgaria y de Serbia. Aunque la primera música documentada utilizada en esta danza se remonta al siglo XVII, el ritual se deriva probablemente de los antiguos ritos de purificación y de fertilidad en los que se usaba el símbolo del caballo, que era venerado como la encarnación del sol. El nombre del ritual procede del Căluş, la parte de madera de la brida del caballo.

El Căluş consiste en una serie de juegos, parodias, cantos y danzas, y es realizado por bailarines varones (Căluşari) con acompañamiento de dos violines y un acordeón. Los hombres jóvenes eran iniciados en el ritual por un vataf (maestro), quien había recibido el conocimiento de los descântece (poderes mágicos) y los pasos de danza de sus predecesores. Los căluşari, cubiertos con sombreros coloridos, camisas bordadas y pantalones provistos de campanillas que tintinean, ejecutan danzas complejas que combinan taconeo, brincos con zapatetas, saltos y balanceo de piernas. Según la tradición, los grupos de căluşari, que se consideraban dotados de poderes curativos mágicos, iban de casa en casa, prometiendo buena salud y prosperidad a los aldeanos.

Testimonio de la diversidad cultural de Rumanía, el ritual Căluş ha sido ampliamente promovido en los festivales de folklore, como el Concurso nacional de Caracal, en la región de Olt, donde se lo considera como un verdadero símbolo nacional. Los căluşari se siguen reuniendo para celebrar sus proezas coreográficas y musicales el domingo de Pentecostés (Fuente: https://ich.unesco.org/).

· La doïna, bien cultural inmaterial inscrito en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: https://bit.ly/3rZ5PCm

Denominada de diversas maneras en Rumanía, la doïna es un canto lírico solemne, improvisado y espontáneo. Elemento esencial del folclore rumano, la doïna fue hasta 1900 el único género musical presente en muchas regiones del país. En la práctica, la doïna se puede cantar en cualquier sitio y circunstancia –dentro y fuera del hogar, en el trabajo o en los velorios– y se interpreta en solo, sin música o con acompañamiento de flauta dulce, gaita o instrumentos improvisados. Existen diversas variantes regionales. La doïna expresa una vasta gama de sentimientos y abarca una temática muy diversa: alegría, amor, tristeza, soledad, conflictos sociales, asaltos de bandidos, etc. Expresión de las cualidades personales, las emociones y el virtuosismo de su creador-intérprete, la doïna desempeña también un papel social importante debido a que su función catártica contribuye al fortalecimiento de los vínculos de solidaridad. También ha dado origen a otros géneros artísticos: danzas, por ejemplo. Actualmente, la continuidad de la doïna corre peligro a nivel local debido a una ruptura en la cadena de transmisión de padres a hijos. Aunque se ha llegado a identificar hasta unas quince personas representativas de los distintos tipos de doïna, es necesario recrear un contexto propicio para su interpretación y transmisión a las generaciones jóvenes, a fin de que este elemento importante del patrimonio cultural inmaterial de Rumanía siga floreciendo (Fuente: https://ich.unesco.org/).

· La cerámica artesanal de Horezu, bien cultural inmaterial inscrito en 2012 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: https://bit.ly/33gf5ru

La cerámica de Horezu es un producto de artesanía excepcional, que se fabrica a mano en el norte del distrito rumano de Vâlcea y es ilustrativo de los conocimientos y técnicas artesanales de múltiples generaciones. Por regla general, el proceso de fabricación se reparte entre hombres y mujeres. Los hombres escogen y extraen primero la arcilla, y luego la someten a operaciones de limpieza, troceo, riego, amasado, pisoteo y mezcla, hasta transformarla en una pasta a partir de la cual obtienen una cerámica de color rojo. Los alfareros modelan luego los objetos con los dedos, aplicando una técnica especial que exige concentración, fuerza y agilidad. Aunque cada alfarero tiene un método propio para el modelado, todos respetan el orden de las operaciones. Las mujeres ornamentan los objetos utilizando técnicas e instrumentos específicos para trazar los motivos tradicionales. Su habilidad para combinar la ornamentación y los colores es la que imprime a la cerámica de Horezu una personalidad y un carácter únicos en su género. Los colores utilizados –marrón oscuro, rojo, verde, azul y «marfil Horezu»– son de tonos vivos. Una vez ornamentados y coloreados, los objetos se cuecen en los hornos. Los alfareros utilizan instrumentos tradicionales: mezcladoras para la limpieza de la tierra, tornos y peines para el modelado; cuernos de vaca huecos y palos rematados por un alambre para las ornamentaciones; y hornos de leña para la cocción. La transmisión de este elemento del patrimonio cultural se efectúa en las familias de los artesanos y en las alfarerías (de maestros a aprendices), y también mediante las ferias y exposiciones. Este arte tradicional confiere a la comunidad un sentimiento de identidad y cumple una función social en su vida diaria (Fuente: https://ich.unesco.org/).